Fines de la década del '80, barrio Nueva Bahía Blanca, ciudad de Punta Alta.
Tres jóvenes veinte añeros matean y bizcochean en una tardecita que se apaga lentamente, el televisor que los enfrenta trae imágenes de distintas ciudades del país con sus plazas atestadas de personas que salieron a apoyar a un presidente democrático, jaqueado por otra de las locuras carapintadas tan en boga en esa época. Los tres se miran y en ese gesto está implícita la decisión... no pueden quedarse de brazos cruzados, la encrucijada histórica los reclama y ellos no pueden faltar. Sólo 20 cuadras los separan de la la plaza principal que ellos imaginan plagada de banderas, bombos, cánticos. Salen los tres a paso firme, resuelto y apurado (no vaya a ser que lleguen tarde a la historia), son tres voluntades que vienen a sumar sus voces en esta Punta Alta tantas veces callada, pocas cuadras para llegar, ya se ve la plaza con más luces que de costumbre, se alcanza a escuchar música, está bien el apoyo a la democracia tiene que ser alegre, ya están en la plaza ... no hay bombos, no hay banderas, no hay gritos defendiendo la democracia sólo hay una quermese organizada por la iglesia católica.
Vuelven los tres de su watherloo local, bronca y tristeza...
Punta Alta es así......
24 de marzo de 2011 frente al edificio de la municipalidad, ciudad de Punta Alta
Tres no tan jóvenes llegan, con kilos y canas de más, ya no vienen del mismo lado, quizás el paso no sea tan firme pero ahí están, acompañando a la gente que organiza el acto en el cual se descubren las imagenes de los jóvenes puntaltenses desaparecidos durante la última dictadura .
Los tres no tan jóvenes se emocionan, como todos los presntes (que son muchos), ninguno de los tres recuerda aquella situación fallida, pero en el fondo saben que a partir de ese día
Punta Alta ya no es tan así.