Cuando se habla de alambrados es casi imposible que sea de manera positiva, mas bien se nos vienen a la mente imágenes de animales encerrados, personas horrendamente confinadas (Guantánamo), limites de la propiedad privada (el país de las alambradas) etc. Todas estas apreciaciones no me resultaban ajenas hasta que ayer por una casualidad me encontré en una reunión con una señora que se me presento como vecina de mi casa en el barrio de mi infancia (y no tan infancia también), entre otros recuerdos con los que me peloteó dijo algo que por sencillo no dejó de ser movilizador para mi “…con tu mamá no íbamos una a la casa de la otra pero charlábamos alambrado por medio…”. Antes de seguir es necesario aclarar que en el barrio en cuestión las casas no tenían sus patios separados por paredones ni ligustros sino que la división era con un timido alambrado que marcaba un limite territorial pero no visual.
Las palabras de esta antigua vecina me hicieron notar el lado bondadoso, conciliador y unificador de este denostado artefacto delimitador de territorios ya que al salir al patio uno quedaba expuesto ante la presencia del vecino y por mas arisco que fuera no quedaba otra que saludar lo cual podía implicar una contestación corta y de compromiso (la menor cantidad de veces) o la respuesta al saludo con el agregado de la circunstancia climatológica (“que tiempo loco, eh?”, “si no se levanta viento va a estar lindo…” etc) en este caso ya estaba tendido el puente para el inicio de alguna conversación que se podía transformar en múltiple con la aparición de algún vecino del fondo ya que cada casa lindaba con dos vecinos a los costados y uno en el fondo pero esto se veía multiplicado hasta el infinito por la presencia de nuestro querido alambrado que permitia el agregado de vecinos relativamente distantes, casa por medio por ejemplo, por eso este artefacto al cual soliamos llamar sencillamente “el tejido”, era un gran facilitador de las relaciones humanas.
Para los que eramos pibes tenía múltiples usos, podía ser una red para un cuasi vóley con el vecino, permitia un acceso rápido en la recuperación de pelotas mal administradas por el pie no siempre obediente (esto en caso de vecinos exacerbables o ausentes), ayudaba a la comunicación evitando el traslado agobiante de casa en casa (asomarse y gritarle al amigo “hoy después de la leche en la canchita”), y por ultimo algo que en este caso creo mas personal ,en una época compartí el fondo de mi patio con otro párbulo de mi misma edad y que contaba al igual que yo con algunos soldaditos que eran una ensalada de indios, vaqueros,infantería de la segunda guerra mundial, granaderos a caballos y algúno muñecode titanes en el ring venido en un chocolatín yack.
Alambrado de por medio disponíamos nuestras fuerzas de la mejor manera posible (otra que napoleon) y con una bolita (que debía pasar por entre los rombos metalicos)comenzábamos la feroz batalla respetando un tiro cada uno, nuestro amigo metálico nos unia en el juego ya que nos veíamos y comunicábamos a través de el pero además nos permitía mantener una independencia territorial y fomentaba el juego ya que al encontrarse cada ejercito (de por si casi idéntico en su conformación) separado no daba lugar a que por error o picardia alguno de los generales se quedara con tropa contraria.
Mas adelante en el tiempo fue sosten de bandera y escalera hacia el gito de un gol en cualquier cancha que visisité.
Mas adelante en el tiempo fue sosten de bandera y escalera hacia el gito de un gol en cualquier cancha que visisité.
Por lo anteriormente expuesto, y alambrado de jubilo, quiero rendir un homenaje en esta época de patios enclaustrados de cemento al gran socializador de mi infancia el almbrado.
5 comentarios:
mencantó!!!!por esas cosas de la vida yo también, tuve alambrado, y coincido, socializa, no aleja. al menos el mio, el nuestro.
un saludo enorme! ya esta en favoritos. hasta tuve que andar contando el porqué del nombre del blog...
y nunca digas nunca.. algún día terminaremos ese cuento que empezamos..
pero como como no!!! lo sigo esperando don Quili,y en muestra de solidaridad expreso: DEVOLVÉ LA SIGLA D´ELIA LADRÓN!!!!!!!
chas gracias!!!.Es muy lindo lo que escribiste, esta lleno de ternura.
Ahora espero alguna descripcion del Balneario de Puerto.Adeussss
Daniela
linda postal, pero lo mio era mas liberal, me crie en villa del mar.ja ja.Seguí escribiendo está bueno Petty.
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