Siempre en otoño me suele pasar lo mismo, en algún momento de alguna tarde de esta estación, se cruza en mi camino el aroma fuerton y querible despedido por un montón de hojas quemadas por obra y gracia de vecinos que no saben (y por que saberlo?), que ese pequeño gesto me va a catapultar varias décadas (no tantas) hacia atrás.
Y ahí está, el barrio, miles, millones de eucaliptos, cuadras con formas surrealistas y en cada una montoncitos humeantes que transforman al lugar en un gran sahumerio estimulador de la liturgia de la escondida, el pie indio, la mariandela, en definitiva, la niñéz que pasamos cada otoño ahumados de eucaliptos.
"... a nosotros, que no somos ni caballeros de la fe, ni superhéroes, sólo nos resta hacer trampas con la lengua, hacer trampas a la lengua. A esta fullería saludable, a esta esquiva y magnífica engañifa que permite escuchar a la lengua fuera del poder, en el esplendor de una revolución permanente del lenguaje yo la llamo literatura..." ROLAND BARTHES
ACLARACIÓN TONTA PERO NECESARIA AL FINAL DE LA PAGINA HAY UN ENLACE QUE DICE ENTRADAS ANTIGUAS ES PARA VER LAS IDEM (LES DIJE QUE LA ACLARACIÓN ERA TONTA)
5 comentarios:
que lindo preden fuego de pendejo! cómo es que la mayoría nos salimos de la piromanía infantojuvenil?
Mejor no ser tan bombero de viejo, no compañero?
Viví 5 años en Punta Alta (Ciudad Atlántida)y no recuerdo haber visto esas hojas otoñales quemándose. Quizás las pasé por alto, y hoy que una ya rememora con más asiduidad las imágenes y los olores de la infancia, lamento que se me haya escapado. Lo que sí me acuerdo, pero de mi infancia porteña en Parque de los Patricios, las fogatas callejeras de San Juan.
También el frío protagonizaba esos escenarios donde la gente no tenía escozor de juntarse en la calle con "el otro" en función de una fiesta popular. Todos colaboraban en traer todo lo quemable, lo viejo, lo descartable para iniciar el rito de purificación. Y cuánto más alta fuera la fogata, mejor
a algunos nos cuesta mas que otros expulsar al bombero que nos fue ganando, este blog pretende despertar al piromaníaco dormido. si habrás quemado alfalfa en dorrego!!!
flavia gracias por comentar, el recuerdo es de un barrio llamado puerto rosales.quizás no lo hayas conocido.
Wow! PUerto Rosales! Allá vivió mi hermana (escribe Gladys) durante muchos años. Luego, las gruas, las mudanzas, y la nada.
Yo también viví aquella época de hojitas quemadas. Con los chicos aprovechávamos el descuido del vecino y las revolvíamos para ver saltar las chispas.
Nací y crecí en la Nueva Bahía Blanca.
Gracias, Edgardo, por la visita y por el recuerdo. Andaremos por acá bastante seguido.
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