NO HABRÁ UNA TERCERA

Agosto de 1987, fue la primera vez que lo vi , fuera de las fotos en diarios y las filmaciones en televisión,  hacía pocos meses que había entrado a trabajar en la base y estaba junto con otro compañero golpeando, vaya uno a saber que fierro, en el destructor "Santísima Trinidad" (padre, hijo y espíritu santo nos defienden a cañonazos), recuerdo que me codeó para señalarme con la cabeza  al personaje que venìa hacia nosotros acompañado por dos personas que, al igual que el, vestían el uniforme de la armada - ¿sabès  quién es?- me preguntó al oído. ¿ Cómo no iba a saberlo? , se notaba en su andar que ese era su lugar en el mundo, en ese ámbito era respetado, los dos oficiales, que lo acompañaban servilmente, se deshacían en ademanes y sonrisas mientras caminaban hacia la planchada que le facilitaría el descenso rumbo al muelle, se notaba que estaba acostumbrado a ese tipo de trato, su rostro no dibujó ningún gesto de simpatía , solo giró  y abandonó la cubierta  del buque con un aura de superioridad  y eso fue en definitiva lo que me impactó, el asesino, el torturador, el entregador de madres, ese siniestro ser que en esa época tendría que estar pagando por los hechos terribles ocurridos apenas unos pocos años antes, se movía con total impunidad, en plena democracia, dentro de la institución que lo había había formado militar e ideologicamente para que fuera   parte de un plan sistemático de desaparición de personas y que se negaba a realizar una transformación democrática en sus estructuras.
Algún mes de cierto año de la década menemista se produjo mi segundo "encuentro", no  fue tan cercano como el primero,  lo vi cruzar con total impunidad  la calle , a la salida de un supermercado, con su changuito cargado  , disfrutando de una libertad que lastimaba, que hería , que manchaba la memoria de aquellas víctimas torturadas, asesinadas y desaparecidas, que no hallarían justicia gracias a las leyes implementadas por presidentes que no pudieron o no quisieron enfrentarse al poder castrense.
Octubre 2011,  hoy estoy seguro que no lo  voy a volver a cruzar, no va haber una tercera vez,  verlo sentado ante un tribunal, apelando a mil y una argucias para tratar de desestimar las terribles acusaciones que pesan en su contra,me dan la seguridad de eso, alguno podrá decir que ya estuvo antes en esa situación, es verdad, como también es verdad que ahora , a diferencia de otros tiempos, hay un gobierno que se puso la lucha por la búsqueda de la verdad, la memoria y la justicia al hombro, que se animó contra todo a apoyar la lucha de los distintos organismos de derechos humanos, por eso hoy estoy seguro de que la justicia se va a encargar de que ni yo ni nadie se vuelva a cruzar por ninguna calle del país con este o con cualquier otro represor.
Por este tipo de actitudes, de compromisos, de firmeza en las decisiones, es que mañana vamos todos con Cristina, por que entre tantas cosas para resaltar, el respeto por la memoria històrica es el que nos va a apuntalar como sociedad  e iluminara a las generaciones que venideras.