porunkosas
"... a nosotros, que no somos ni caballeros de la fe, ni superhéroes, sólo nos resta hacer trampas con la lengua, hacer trampas a la lengua. A esta fullería saludable, a esta esquiva y magnífica engañifa que permite escuchar a la lengua fuera del poder, en el esplendor de una revolución permanente del lenguaje yo la llamo literatura..." ROLAND BARTHES
ACLARACIÓN TONTA PERO NECESARIA AL FINAL DE LA PAGINA HAY UN ENLACE QUE DICE ENTRADAS ANTIGUAS ES PARA VER LAS IDEM (LES DIJE QUE LA ACLARACIÓN ERA TONTA)
lunes, 25 de julio de 2016
jueves, 6 de marzo de 2014
LA SEÑORA PUNTA ALTA
Hoy la señora Punta Alta se levantó como siempre, se puso el batón, se acomodó el pelo, abrió los postigones corrió las cortinas, colocó la pava para unos verdes y siguiendo con el ritual de cada mañana tomó la escoba y enfiló para la vereda.
La señora Punta Alta mientras barría recordaba aquel día, 66 años atrás, cuando se plantó frente a su madre y le dijo que a partir de ese día se iba a ir de su casa materna, sería independiente y a partir de ese momento ella iba a manejar su destino.
La señora Punta Alta esperaba de parte de la señora Blanca, su madre, gritos y reproches, pero por respuesta solo recibió una sonrisa de aprobación, en realidad la sra Blanca sabía que su hija no se iba a ir muy lejos, su marido, con el que no vivían juntos pero se llebaban muy bien, le había dado un departamentito en el fondo de su casa con vista al mar.
La señora Punta Alta fue a vivir entonces bajo el ala de su padre, un viejo y estricto militar, creyéndose autónoma, pero dependiendo de las deciciones y los estados de ánimo de su progenitor.
La señora Punta Alta supo tener algunas rebeldíasy algunos proyectos, pero por su propia timidez, que le hacía esperar siempre el visto bueno de sus padres, las fue dejando guardadas en algún rincón.
La señora Punta Alta siempre respetó demasiado a su padre y envidió a su madre, nunca se animó a ser ella, a buscar su propia vida, a dar el salto hacia la verdadera independencia.
La señora Punta Alta despertó de su ensueño recostada a la escoba, en medio de la vereda, miró hacia ambos lados de la calle y notó con alivio que nadie la había visto, sacudió la cabeza como queriendo alejar esas locas ideas que allá por el ´45 la hicieron sentir viva, mejor volvía adentro, no sea cosa que se le hirviera el agua.
martes, 3 de septiembre de 2013
EL COMBATE
Se suele decir que en el deporte se juega como se vive, esta
idea puede o no ser compartida, pero lo
que no creo que sea rebatible es la
similitud que se da entre ciertas situaciones de la vida cotidiana y las
circunstancias propias de algunas disciplinas deportivas, lo que sucedió
miércoles y jueves pasado, en el ámbito de la corte suprema de justicia tuvo
una analogía muy marcada con el noble deporte de los guantes más conocido como boxeo.
Dos púgiles frente a frente,
el ring preparado ,el público en las tribunas, los jueces que se
encargarán de dar el veredicto final , todos listos para el combate del
año donde no habrá corona, ni cinturón,
ni título, el premio mayor es la constitucionalidad o no de 6 artículos de la
Ley de servicios de comunicación Audiovisual, parece un premio pequeño para
tanta expectativa pero hay que entender que detrás de esos artículos, en
apariencia simples, se juegan muchas más
cosas de las que se puede llegar a creer, se define un modelo de comunicación que será
guiado por la libertad de prensa o por la libertad de empresa, la posibilidad
de acceso a la información de sectores relegados, la creación de innumerables
fuentes de trabajo y sobre todo se plantea con toda su fuerza la puja de poder
entre la sociedad y los poderes económicos que hegemonizan la información.
En un rincón de este imaginario cuadrilátero se encuentra el estado defendiendo una ley que costó mucho
tiempo, esfuerzo y participación popular, sabe que su fuerza está en la
legitimidad de sus argumentos, que cuenta con el apoyo de todo el espectro
comunicacional que durante muchos año ha sido
presionado, opacado y silenciado por los dueños de la voz informativa.
En el otro rincón el grupo Clarín se siente confiado, sabe que juega de local,
¿a alguien le queda alguna duda del
apoyo que siempre recibe de parte de los distintos estamentos del poder
judicial? Es tanta la seguridad que tiene que sobra la pelea, que se presenta
sin preparación con mínimos argumentos y
rezumando soberbia por todos los poros.
Los dos rounds que duró esta contienda sirvieron para dejar
bien claro que ideas y valores defendía cada uno, a la idea de una comunicación con un
fuerte signo social y democrático presentado por el estado se opuso la
presentación hecha por los defensores del monopolio basada exclusivamente en
los valores y credos de la ley de mercado.
Ya finalizado el combate resta esperar el fallo de los
jueces , muchas veces sucede que la superioridad demostrada por uno de los púgiles (en este
caso fue la cantidad y calidad de las argumentaciones de cada uno de los expositores favorables a
ley) no se ve reflejada en veredicto, esperemos que este no sea el caso y que alguna
luz de conciencia democrática ilumine a los señores que desde su alto estrado, cuáles
césares modernos, disfrutaban la contienda esperando su momento de indicar el
destino de una parte primordial del sistema democrático, como lo es la
comunicación, con un movimiento definitivo del pulgar.
El fallo puede ser favorable o contrario a los intereses que
compartimos con centenares de miles de compatriotas que desean una comunicación
para todos el trabajo y la lucha es permanente , ya nadie puede discutir que
intereses defiende cada parte, ojala las
palabras del presidente del Afsca Martin Sabatella se hagan realidad con un
fallo favorable de la corte suprema : “Por nuestra democracia no
queremos nunca menos libertad de expresión y nunca más concentración mediática”
Editorial del programa SEMBRANDO MEMORIA del sábado 31 de agosto de 2013
sábado, 13 de julio de 2013
ESTIGMAS
Rodrigo Simonetti 11años, Maximiliano De León
14años, Franco Quintana 16 años, Omar Cigarán 17 años, Vladimir Garay 16 años,
Sebastián Nicora 16 años, Jonathan Herrera 14 años.
Todos ellos en menos de un año encontraron la muerte en la provincia de Buenos Aires, en supuestos intentos de robos a integrantes de fuerzas de seguridad quienes, sin estar de servicio, desenfundaron sus armas y dispararon por la espalda en una extraña defensa propia.
Un fiscal, Julián Axat, se encargó de realizar la presentación ante la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires y dejó en claro la cadena de hechos sospechosos que unen a estos asesinatos.
En un intento por aportar un enfoque que se aleje de la fría letra de la noticia policial y deteniéndonos a analizar los hechos que componen la misma, lo primero que se puede apreciar es que la sociedad que engloba a los diferentes actores, y de la cual todos formamos parte, se encuentra profundamente atravesada por marcas muy difíciles de borrar y que, día a día, nos encargamos de mantener presentes.
Para los antiguos griegos las marcas que se realizaban en personas extrañas o inferiores, con fuego o con cuchillo, se las denominaba estigmas y definía el destino de segregación que le tocaría recorrer a la persona marcada, es decir, estigmatizada.
En nuestros días, los estigmas ya no son físicos pero permanecen visibles en varios factores: edad, clase social, color, sexo, religión. La pertenencia a cierto grupo que reúna alguna de estas características inducen a gran parte de nuestra sociedad a rechazar la inclusión de estas personas en cualquier otro ámbito que no sea el que le es impuesto por la famosa opinión pública.
Las víctimas mencionadas más arriba, compartían sin conocerse estigmas que en cierto modo son determinantes para que esta historia se desarrolle de la manera en que sucedió: eran jóvenes de hogares humildes en el conurbano, contaban con prontuarios en juzgados de minoridad y por estos motivos se le habían cerrado los caminos para poder escapar al círculo delictual al cual estaban condenados.
Para que haya estigmas, obviamente, tiene que existir un estigmatizador que en este caso estaría representado por diferentes actores: -una policía provincial que aproveche la situación de vulnerabilidad de los jóvenes de los estratos sociales más bajos para utilizarlos como mano de obra esclava y desechable que cometa hechos delictivos por encargo; -un sistema judicial que no preste oídos a las denuncias que los menores, presionados constantemente por los agentes del orden, realizaban esperando una ayuda; -un sector importante de los medios de comunicación que se encargue de realizar una campaña de demonización que llega a su máximo exponente con la frase “uno menos” con cada pibe baleado en las calles; - y una sociedad, tan bombardeada con la palabra INSEGURIDAD, que apruebe cualquier abuso policial.
El tema da para muchos análisis y las posibles soluciones son a largo plazo, los estigmas no se borran fácilmente, pero es nuestro trabajo como sociedad, mientras se ponen en marcha los mecanismos necesarios para terminar con la estigmatización permanente de ciertos sectores, no colaborar con su profundización.
Este es el editorial del día de hoy, sábado 13 de julio, del programa SEMBRANDO MEMORIA, el audio del programa completo se puede escuchar aquí : séptimo programa de SEMBRANDO MEMORIA
Todos ellos en menos de un año encontraron la muerte en la provincia de Buenos Aires, en supuestos intentos de robos a integrantes de fuerzas de seguridad quienes, sin estar de servicio, desenfundaron sus armas y dispararon por la espalda en una extraña defensa propia.
Un fiscal, Julián Axat, se encargó de realizar la presentación ante la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires y dejó en claro la cadena de hechos sospechosos que unen a estos asesinatos.
En un intento por aportar un enfoque que se aleje de la fría letra de la noticia policial y deteniéndonos a analizar los hechos que componen la misma, lo primero que se puede apreciar es que la sociedad que engloba a los diferentes actores, y de la cual todos formamos parte, se encuentra profundamente atravesada por marcas muy difíciles de borrar y que, día a día, nos encargamos de mantener presentes.
Para los antiguos griegos las marcas que se realizaban en personas extrañas o inferiores, con fuego o con cuchillo, se las denominaba estigmas y definía el destino de segregación que le tocaría recorrer a la persona marcada, es decir, estigmatizada.
En nuestros días, los estigmas ya no son físicos pero permanecen visibles en varios factores: edad, clase social, color, sexo, religión. La pertenencia a cierto grupo que reúna alguna de estas características inducen a gran parte de nuestra sociedad a rechazar la inclusión de estas personas en cualquier otro ámbito que no sea el que le es impuesto por la famosa opinión pública.
Las víctimas mencionadas más arriba, compartían sin conocerse estigmas que en cierto modo son determinantes para que esta historia se desarrolle de la manera en que sucedió: eran jóvenes de hogares humildes en el conurbano, contaban con prontuarios en juzgados de minoridad y por estos motivos se le habían cerrado los caminos para poder escapar al círculo delictual al cual estaban condenados.
Para que haya estigmas, obviamente, tiene que existir un estigmatizador que en este caso estaría representado por diferentes actores: -una policía provincial que aproveche la situación de vulnerabilidad de los jóvenes de los estratos sociales más bajos para utilizarlos como mano de obra esclava y desechable que cometa hechos delictivos por encargo; -un sistema judicial que no preste oídos a las denuncias que los menores, presionados constantemente por los agentes del orden, realizaban esperando una ayuda; -un sector importante de los medios de comunicación que se encargue de realizar una campaña de demonización que llega a su máximo exponente con la frase “uno menos” con cada pibe baleado en las calles; - y una sociedad, tan bombardeada con la palabra INSEGURIDAD, que apruebe cualquier abuso policial.
El tema da para muchos análisis y las posibles soluciones son a largo plazo, los estigmas no se borran fácilmente, pero es nuestro trabajo como sociedad, mientras se ponen en marcha los mecanismos necesarios para terminar con la estigmatización permanente de ciertos sectores, no colaborar con su profundización.
Este es el editorial del día de hoy, sábado 13 de julio, del programa SEMBRANDO MEMORIA, el audio del programa completo se puede escuchar aquí : séptimo programa de SEMBRANDO MEMORIA
domingo, 30 de junio de 2013
DE TEORÍAS Y DEMONIOS ( editorial quinto programa SEMBRANDO MEMORIA)
Entre los comentarios
que recibimos la semana pasada, la oyente Belén nos dejaba una reflexión que
resumía la idea del programa que acababa de terminar: “VIVIMOS RESIGNIFICANDO”
y esa idea se ejemplifica claramente con el tema que será el eje del programa
de hoy, LA TEORIA DE LOS DOS DEMONIOS.
Presentada a través de los años de diferentes maneras por los defensores del accionar represivo y permanentemente refutada por los organismos de derechos humanos, esta teoría intenta mostrar al terrorismo de estado como una necesaria y justificada respuesta al accionar de las organizaciones guerrilleras.
La génesis de esta hipótesis se puede encontrar en la justificación utilizada por la junta militar para tomar el poder. Esta se presentaba como la pacificadora del país que se desangraba entre dos terrorismos: la triple A por un lado y las organizaciones guerrilleras por el otro. Esta búsqueda de legitimación social fue refutada por Rodolfo Walsh en su “Carta abierta a la junta militar” donde expresa : “Las 3A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre ‘violencias de distinto signo’ ni el árbitro justo entre ‘dos terrorismos’, sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el lenguaje de la muerte...”.
El intento de instalación permanente de la teoría de los dos demonios se encuentra plasmado en el prólogo del Nunca Más en el párrafo que indica “: “Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda…”. Más adelante en el mismo texto hallamos un nuevo ingrediente que viene a darle entidad a la idea de un enfrentamiento entre dos fuerzas militares del cual estaba ajeno el resto de la sociedad civil: los desaparecidos se presentaban como personas apolíticas porque por esos años resultaba difícil para un gobierno que intentaba afirmarse institucionalmente,sobre las ruinas que había dejado el proceso, presentar ante una sociedad tan golpeada el carácter militante de las mayoría de las víctimas .
Pasados los años de la obediencia debida y el punto final que culminaron con el indulto que en cierto modo ratifica la permanencia de la teoría de los dos demonios como referente de justificación a la violencia dictatorial, se llega al año 2006 donde se reedita el informe de la CONADEP en cuyo prólogo se afirma “Es preciso dejar claramente establecido…que es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas…”.
En la actualidad sólo minúsculos grupos reivindican ocultamente la teoría de los dos demonios, sería fácil suponer que esta se encuentra desactivada como herramienta de justificación, pero no hay que permitirse una tranquilidad en este aspecto, algunos sectores de la sociedad intentan una resignificación, empujados e incentivados desde los medios de comunicación, cada vez que se plantea el pedido de “mano dura” o la baja en el límite de imputabilidad y se utiliza hasta el hartazgo la palabra inseguridad.
Nuevos demonios para viejas teorías, resignificación de actores: guerrilleros – pibes chorros, militares- metropolitana policía de la provincia, terrorismo- inseguridad, no es fácil y necesitamos
estar atentos porque como diría la canción “enciende los candiles que los brujos piensan en volver...” y para eso necesitan despertar viejos demonios con nuevos rostros.
Presentada a través de los años de diferentes maneras por los defensores del accionar represivo y permanentemente refutada por los organismos de derechos humanos, esta teoría intenta mostrar al terrorismo de estado como una necesaria y justificada respuesta al accionar de las organizaciones guerrilleras.
La génesis de esta hipótesis se puede encontrar en la justificación utilizada por la junta militar para tomar el poder. Esta se presentaba como la pacificadora del país que se desangraba entre dos terrorismos: la triple A por un lado y las organizaciones guerrilleras por el otro. Esta búsqueda de legitimación social fue refutada por Rodolfo Walsh en su “Carta abierta a la junta militar” donde expresa : “Las 3A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre ‘violencias de distinto signo’ ni el árbitro justo entre ‘dos terrorismos’, sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el lenguaje de la muerte...”.
El intento de instalación permanente de la teoría de los dos demonios se encuentra plasmado en el prólogo del Nunca Más en el párrafo que indica “: “Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda…”. Más adelante en el mismo texto hallamos un nuevo ingrediente que viene a darle entidad a la idea de un enfrentamiento entre dos fuerzas militares del cual estaba ajeno el resto de la sociedad civil: los desaparecidos se presentaban como personas apolíticas porque por esos años resultaba difícil para un gobierno que intentaba afirmarse institucionalmente,sobre las ruinas que había dejado el proceso, presentar ante una sociedad tan golpeada el carácter militante de las mayoría de las víctimas .
Pasados los años de la obediencia debida y el punto final que culminaron con el indulto que en cierto modo ratifica la permanencia de la teoría de los dos demonios como referente de justificación a la violencia dictatorial, se llega al año 2006 donde se reedita el informe de la CONADEP en cuyo prólogo se afirma “Es preciso dejar claramente establecido…que es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas…”.
En la actualidad sólo minúsculos grupos reivindican ocultamente la teoría de los dos demonios, sería fácil suponer que esta se encuentra desactivada como herramienta de justificación, pero no hay que permitirse una tranquilidad en este aspecto, algunos sectores de la sociedad intentan una resignificación, empujados e incentivados desde los medios de comunicación, cada vez que se plantea el pedido de “mano dura” o la baja en el límite de imputabilidad y se utiliza hasta el hartazgo la palabra inseguridad.
Nuevos demonios para viejas teorías, resignificación de actores: guerrilleros – pibes chorros, militares- metropolitana policía de la provincia, terrorismo- inseguridad, no es fácil y necesitamos
estar atentos porque como diría la canción “enciende los candiles que los brujos piensan en volver...” y para eso necesitan despertar viejos demonios con nuevos rostros.
sábado, 22 de junio de 2013
SÍMBOLOS
Están en todas partes, nos rodean, conviven con nosotros, los utilizamos y nos utilizan, nos guían y nos confunden, los creamos y les damos significado, son parte primordial de nuestra existencia, son ellos: los símbolos.
Una cruz congregará a miles de fieles, una medialuna guiará a otros tantos, una bandera argentina nos conectará inmediatamente con Belgrano, aunque el paño original compartiera colores pero no la distribución de los mismos. Es que el símbolo no es una imagen perfecta de lo que representa, el símbolo es en sí la relación que hacemos entre él y la idea a la que nos hace referencia.
Entre los símbolos existe un grupo que se presta muy fácilmente a la manipulación por parte de los sectores de poder, sobre todo de los poderes fácticos: las palabras. Ellas tienen una fuerza increíble, dan sentido, razón y presencia a las ideas, utilizadas con habilidad en ciertos momentos y ambientes, dejan huellas que no se borran fácilmente en la compleja y maleable mente humana.
El poder fáctico en la argentina siempre supo de la importancia de las palabras. Como ejemplo de esto se puede mencionar a la última dictadura militar que se hizo llamar PROCESO, término exento de la violencia que emana de la palabra dictadura y sin la controversia que llevaba implícita la palabra REVOLUCIÓN, por aquellas épocas sospechada de izquierdismo. Desde el vamos los integrantes de la junta sabían que la pelea estaba dada en varios frentes pero el más difícil era el cultural e ideológico y el arma primordial eran las palabras, tanto escritas como orales. Por eso se quemaron infinidad de libros, se intervinieron universidades, se censuraron artistas y se secuestraron personas para, mediante la utilización sistemática de la tortura, tratar de extraer palabras que les ayudaran a secuestrar a otras personas que contenían en su interior otras valiosas palabras, que había que extraer para seguir con la macabra maquinaria encargada de seleccionar qué palabras verían la luz y cuáles desaparecerían junto con la persona que las contenía.
En esos años nos dijeron que FUSILAR personas era un ENFRENTAMIENTO, que las MADRES que buscaban a sus hijos eran LOCAS DE LA PLAZA, que a los organismos de DERECHOS HUMANOS les teníamos que demostrar que éramos DERECHOS Y HUMANOS, que el MUNDIAL, destinado a ocultar los horrores cotidianos, era la FIESTA DE TODOS y, entre otras tantas cosas, que las personas SECUESTRADAS eran DESAPARECIDOS. Muchas palabras venían a purificar atrocidades, maquillando el horrible rostro de la dictadura.
Más de 30 años nos llevó como sociedad resignificar los símbolos y las palabras como tales. Hoy sabemos que el PROCESO fue una feroz DICTADURA, que los DESAPARECIDOS aparecen como CADÁVERES en fosas comunes o lechos marinos, que las LOCAS DE LA PLAZA son el símbolo de la valentía encarnada en MADRES y ABUELAS.
Las palabras están en su sitio, son claras, concretas, y debemos cuidarlas para que no sean utilizadas por oscuros intereses. Para eso es necesario grabar en nuestro ser las palabras que simbolizan el resumen de tanta lucha: NUNCA MÁS.
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